(Cuenca, 1987)
Si hay algo del trabajo de Fabiola Cedillo que me intriga es esa manera de acercarse a las personas, a los paisajes y a los objetos que no ocupan el primer plano de la vida, para hacer visible su condición singular e importante, su belleza que pulsa en sitios y formas distintas a las habituales. Un ejercicio que provoca que aquello que capta su cámara primero la mire, nos mire, antes de ella mirarlos y revele su potencia. Es como si ofreciera su lente sin intención previa. Posa su cámara frente a las presencias, dejando así que lo que contienen tome posición y desde ahí se abra su sentido. Este desnudamiento con el que se aproxima me hace pensar en una operación doble: proporcionar su cámara a aquello que habitualmente no se ofrece, al tiempo de retraer los archivos de su mirar: puro aparato ocular y artefacto al servicio de eso con lo que se encuentra. Una especie de apuesta técnica en la espera de lo poético. Así, da espacio para que emerja la espesura que contiene lo fotografiado, que despunte por sitios insólitos su ser: la memoria que lo atraviesa, las capas de lo sensible que están en esa piel de dichos materiales vivos, también en sus entrañas. En esa lógica percibo que ha emprendido una serie de viajes a Zaruma, pequeña ciudad de la provincia de El Oro conocida tanto por la hermosura de su geografía como de su arquitectura, pero también por ser un yacimiento aurífero. Fabiola se dirige a aquello que escapa de la narrativa grandilocuente que se ha montado en relación a este sitio. Ella va hacia pequeños elementos, personas, momentos de encuentro, edificios abandonados pero con historia, paisajes que no pertenecen a la narrativa dominante que le provocó a esta ciudad ser declarada Patrimonio de la Humanidad, ni a las tensiones de las empresas internacionales que la han explotado. Evidentemente, todo ello se trasluce de estas materialidades que protagonizan sus fotos, pero lo que está expuesto es algo menor, algo más pequeño, donde se juegan otras fuerzas, donde se inaugura otro camino para construir un pasaje.
Las fotos que presentamos en esta Vitrina pertenecen a la serie «Depresión en Zaruma».
Bertha Díaz