Reacciones: El paro en Colombia


Introducción a Reacciones: El paro en Colombia

En abril de 2021, se convocó a uno de los paros más trascendentales en la historia colombiana contemporánea. El absoluto malestar ante una política tributaria ​tristemente reformada en plena pandemia propició que millones de colombianxs se tomaran las calles y activaran una movilización masiva en la que volvimos a ser testigos de la brutalidad del brazo armado del Estado -como ha sido tradición en los últimos años en movilizaciones semejantes como las de Ecuador y Chile en 2019-, así como del hartazgo de nuestros vecinos del norte y de la activación de la resistencia del pueblo. Pedimos sus Reacciones a Ivonne Téllez y José Miguel Sánchez la importancia de esta huelga.

¿Por qué #elparosigue?

En abril de 2021 al recibir el anuncio de la reforma tributaria, el país con 21.2 millones de pobres decidió hacer frente a la decisión y convocó a un paro, desafiando la pandemia y cuya duración y alcances era desconocido.  En Colombia, entre el 2020 y el 2021 los pobres extremos pasaron de 5% a más del 13% de la población, una bomba económica atravesada por una multiplicidad de problemas sociales que justificaron una movilización de esa magnitud en un ambiente de hartazgo por el agotamiento de los mecanismos democráticos, sin dejar de mencionar que los motivos para las movilizaciones de noviembre de 2019 continuaban latentes y solo se suspendieron por la pandemia.

Estallido social en Colombia: la política de la vida frente a la política de la muerte

El final de uribismo será violento. Así lo atestigua la acción gubernamental envolvente del gobierno colombiano, encabezado por el sub presidente Duque, durante estos tres meses de movilización popular iniciada el 28 de abril:   88 cuerpos juveniles víctimas de violencia homicida estatal, cerca de una centena de cuencas oculares vacías producto de disparos oficiales que cegaron el brillo de sus ojos, 115 jóvenes heridos con armas de fuego, 1.905 personas heridas por accionar desproporcionado de las fuerzas élites de la policía y civiles parapoliciales armados, 326 personas defensoras de derechos humanos agredidas en su labor de acompañamiento a la protesta social; 833 mujeres víctimas de violencia policial, de las cuales 525 fueron detenidas de manera arbitraria, 141 heridas, 4 asesinadas, 95 defensoras de derechos humanos agredidas, 106 víctimas de violencias basadas en género: una joven menor de edad se suicida después de recibir agresiones sexuales por parte de un escuadrón policía antidisturbios, 3.365 personas detenidas de manera arbitraria consignan que el final del uribismo será aún más cruento.