Las fibras invisibles de una trama familiar o como todo lo perdido es materia de la ficción
Trazar el devenir de una familia es identificar las hendiduras, los borramientos, los espectros: la mirada que vuelta hacia atrás se empecina en eso que le falta para anclar sobre ese vacío, una posibilidad renovada de continuidad. Es a partir de esos espaciamientos que se abre la ficción para hacer de lo precario potencia creativa: “el trabajo que hace historia relacionando las huellas borradas en la nieve con otras huellas borradas en la nieve.” (Rancière, p.121). Poner en marcha un trabajo así, una arqueología afectiva, responde también (y por sobre todo) a la necesidad de observar nuestras más íntimas fisuras, los espacios en los que el cuerpo…
Diamante de Azael Álvarez: la yo poética es la bruja que brilla
En 2019, Azael Álvarez (Guayaquil, 1993) publica bajo el sello DADAIF[cartonera] su primer libro de poemas en solitario. Diamante lleva pegado, en su portada negra, un holograma que evoca, por su forma y diseño, la brillantez de esa piedra preciosa. El brillo, por un efecto metonímico, me hace pensar en la relación entre el título, la portada y la poesía de Azael. El libro cuenta con ocho poemas que no llevan nombre, sino que van precedidos por epígrafes de Anaïs Nin, Edvard Munch, Witold Gombrowicz, entre otros, cuyas escrituras fragmentadas, hechas epígrafes, funcionan como breves presentaciones de estos poemas.
Desde la vulnerabilidad: Estrategias sublevantes. Lo sensible en acción
Después de las décadas binarizadas entre la idea de izquierdas buenas y derechas malas, hemos sido arrojadas en la bifurcación, quedando desorientadas.
Sin embargo, habiendo transcurrido ya varios años en ese estado de extravío, las acciones se vienen anudando para, en medio de tanta desolación, intentar una esperanza de futuro, ya no binaria, ya no apegada a las promesas de “la revolución” sino, más bien, cultivadas desde las poéticas pequeñas que producen estallidos que asombran de pronto, porque su fuerza se atomiza inesperadamente.
Uno mismo es el abismo
La exposición Objetos de Duda y de Certeza de Manuela Ribadeneira que está instalada desde diciembre en el CAC (Centro de Arte Contemporáneo) y estará ahí hasta el mes de abril de 2020, reúne una amplia colección compuesta de 40 piezas de arte conceptual que son el resultado de una investigación de alrededor de 20 años.
Derramar la sangre tibia: sobre Caninos de Mónica Ojeda
En el “Epílogo a manera de introducción” de un libro llamado Destruir la pintura, en el que se aproxima a los modos en que el lenguaje visual y el verbal se confunden, se contaminan, se distancian y se potencian entre sí, a los modos en que la imagen y su mudez buscan ser dichas por las palabras (fracaso siempre recomenzado), Louis Marin escribe lo siguiente (me permito la cita extensa por lo singular de su cadencia, como para que empecemos de una vez…
Las babas del diablo: Ni Uno, ni uno.
El filósofo Alain Badiou, la última figura del “boom” francés, construye su fenomenología a partir de que el existir no está indexado a un sujeto sino a un mundo. Es decir, que como sujetos podemos reconocernos no en el aparecer a una conciencia sino en el aparecer en un mundo. Entendemos como mundo toda gradación en un extenso campo de posibilidades.
Desobediencias artísticas para visibilizar a quienes insisten en la vida
Sucede que para la acción artística así como para la acción política, se requiere de ejercicios de conspiración, es decir de respiraciones conjuntas para que un nuevo flujo de posibilidades se produzca: abra grietas y siembre ideas que, a su vez, fecunden nuevos territorios físicos y/o subjetivos.