TrueQué: Una residencia artística atravesada por la inmensidad íntima

Andrealejandro Freire
Artista, activista independiente

Género: Residencia Artística

Autor: Andrealejandro

Título de la obra (proyecto reseñado): Residencia TrueQué Vol. IV Naturalezas Híbridas: Fricciones entre arte y ecologismo

Fecha o período que abarca: Febrero 2019

Ciudad/País de Origen: Ayampe, Ecuador

El mundo es grande, pero en nosotros es profundo como el mar
R. Rilke

Residir es cortar la inmensidad del universo y trazar una habitación. Residir es habitar. Habitar es poner(se) en fricción con un espacio determinado. TrueQué es una residencia artística, pero también es un laboratorio de ideas y un retiro de creación/encuentro/afectaciones. Hacer arte es trazar un territorio, hacerse una casa.

TrueQué se enuncia como un espacio para la vulnerabilidad y la afectación. Una residencia para habitar la fragilidad, los cuestionamientos múltiples y sobre todo para mirar(se) en la otredad. La residencia acontece en una casona de Ayampe.[1] La población no sobrepasa lxs 500 habitantes. Es un pueblito dedicado principalmente a la producción de tagua, café, frutos del mar, madera, además del turismo que se ha empezado a desarrollar en la zona.

S/t ( nativo/extraño), performance de Joelle Mercedes. Foto: Lisbeth Carvajal.

La residencia inició en el 2016 como la respuesta que Stephano Espinoza (ECU/EEUU) y Gabriela Espinosa (CHI) tejieron ante la necesidad de generar espacios autónomos de convivencia creativa/crítica, que propicien la interpelación sobre las identidades, el emplazamiento físico/político/estético y el intercambio de saberes.

La primera edición (2016) giró en torno a la relación arte/comunidad e intervención en los espacios públicos. La segunda edición (2017) se llamó “Localidad Alterna” y estuvo atravesada por las diversas maneras de mirar/residir en Ayampe desde las prácticas artísticas/sensitivas. La tercera edición se realizó también en el 2017 para conmemorar los 20 años de la despenalización de la homosexualidad en el Ecuador (Noviembre 1997 – Noviembre 2017).

“Registro Cuyr” fue el nombre de esta edición realizada en General Villamil Playas[2] y proponía una reactivación de los archivos/historias/memorias del proceso de despenalización de la homosexualidad en Ecuador. Fui invitadx como curadorx/facilitadorx para generar posibilidades creativas/artísticas/sensibles de activación/afectación de los archivos históricos de la despenalización de la homosexualidad en Ecuador. Era mi primer acercamiento a una residencia artística, y también la oportunidad para poner(me) en fricción/movimiento todo mi trabajo investigativo previo sobre los archivos sexo-disidentes en Ecuador.

Todas estas versiones de TrueQué compartían una metodología de trabajo similar basada en el intercambio y compartir de saberes: cada residente daba un taller o facilitaba una actividad para lxs demás. De esta manera, la residencia casi siempre se articulaba como una experiencia plural porque permitía adentrarse en las metodologías de cada quien e indagar tanto individual como colectivamente.

 La más reciente edición de la residencia lleva por nombre “Naturalezas Híbridas: Fricciones entre arte y ecologismo”; la curadora invitada fue Ana Rosa Valdez y se desarrolló entre el 15 y el 24 de febrero de este año. El eje temático de esta versión surge de las investigaciones/incertidumbres/búsquedas/hallazgos de Ana Rosa sobre las representaciones artísticas de la naturaleza. Esta curaduría propuso una mirada profunda a la relación entre arte y ecologismo como una composición de contrapuntos estéticos/políticos/éticos/etológicos. Durante 10 días lxs residentxs Jon Estwards (CAN), Lisbeth Carvajal Vera (ECU), Andrea Zambrano Rojas (ECU), Tanya García (EEUU), Lionel Cruet (PRI), Diana Troya (ECU), Angie Vanessita (COL/ECU), Joelle Mercedes (EEUU), Félix Rodríguez-Rosa (PRI), Maureen Gubia (ECU), Juan Felipe Paredes (ECU) y Cristóbal Silva (CHI) junto a Ana Rosa dialogaron/diagramaron/intervinieron/hibridaron sus potencias en torno a nociones antropológicas, filosóficas, artísticas, ideológicas, ecologistas que tratan de asir la complejidad de la naturaleza.

Esta cuarta edición proponía una nueva lógica de trabajo/creación/dirección dentro de la residencia; ahora era Ana Rosa quien estaba a cargo de todas las charlas y actividades. Mi rol como asistente de producción me permitió contemplar/acompañar/cuidar/construir la atmósfera de la residencia. Se produjo una atmósfera paradójica: ardua y delicada, intensa y leve, amplia y acotada, inmensa e íntima. Ana Rosa no sólo estaba compartiendo su trabajo y sus exploraciones, sino también sus afectos, pasiones, dudas, saberes, intuiciones, miedos. Su dirección fue sumamente sensible, cuidadosa, horizontal, franca, dispuesta a la experimentación, espontánea y lúdica.

Con el pasar de los días el entorno circundante intervenía cada vez más profundamente en las primeras indagaciones que realizaron lxs artistas para sus composiciones. El sonido de las olas se mezclaba con las conversaciones, los abrazos acontecían entre hojas de árboles, el trinar de los pájaros se conjugaba con las risas y las composiciones sonoras, los insectos dejaban sus huellas en los bocetos. El penúltimo día de la residencia se hizo un corte de proceso para mostrar los avances de las obras que cada unx de lxs residentxs habían compuesto; cada uno de los trabajos estaba atravesado por el paisaje físico/sensible/emocional/artístico que se develó ante nosotrxs. Durante la última noche el silencio se apoderó de la casa. Parecía decirnos que era hora de poner en pausa nuestro barullo antropocéntrico y escuchar los flujos múltiples de la animalidad.

CCC (Cuido Clínico Corpóreo), clínica performática de Félix Rodríguez-Rosa. Foto: Stephano Espinoza.

Félix Rodríguez-Rosa dentro de la residencia comenzó a desarrollar la segunda fase de su proyecto CCC (Cuido Clínico Corpóreo). Este proyecto fue seleccionado para el “Puerto Rican Arts Iniciative”, un proyecto de dos años (2018-2020), propulsado por la Universidad de Northwestern (Evanston, IL) y posible gracias a la Fundación Andrew W. Mellon.

Félix fue diagnosticado como positivo de VIH[3] en el 2016 y desde ese entonces utiliza su cuerpx como marco de investigación y lugar de referencia, con la intención de explorar poéticas político-personales. Su relación con la clínica es paradójica/compleja pues a la vez es paciente y terapeuta. ¿Qué exactamente es el/la/le cuerpx enfermx? ¿Qué significa tener salud? ¿Cómo puedo tratar mi cuerpx “enfermx” desde una aproximación estética, y cómo, desde un aspecto terapéutico-personal, ayudar a mi cuerpx en su proceso; ayudar a mis ayudantes (CD4)?, son algunas de las preguntas que atraviesan el trabajo de Félix.

Su propuesta fue una clínica performática donde a través de consignas trabajadas con otrxs participantes de TrueQué se exploró el/la/le cuerpx desde distintas relaciones: virus-célula, terapeuta-paciente, cuerpx-ecología. Durante estos ejercicios de intimidad compartida el cielo mostraba una danza impresionante de rosáceos, naranjas, malvas y amarillos que se reflejaban en las pieles de quienes junto a Félix estuvimos en ese ritual de cuidar y ser cuidadx.

Lionel Cruet realizó una instalación de hamacas, tela, cuerdas y rocas llamada Geo-location -1.673657, -80.815791. A partir de sus observaciones sobre la geografía visual/cultural de la zona costera de Ayampe notó que cada espacio doméstico exterior está intervenido con una hamaca. Las telas y las cuerdas de las pequeñas hamacas de Lionel se mezclaban con las espaciosas hamacas que usábamos para acostarnos a conversar/pensar/reflexionar. Las rocas presentes en la instalación tenían diferentes formas, texturas, tamaños, dimensiones. En cada hamaca estaba una o dos piedras, el número de piedras era el mismo número de  lxs participantes de la residencia. La instalación de Lionel era su manera de cartografiar la cercanía, la afectividad, la potencia, la calidez, la intimidad que se generó en este encuentro.

Las ancestras de Joelle Mercedes son las ballenas jorobadas. Joelle caminaba de un lugar a otro, se quedaba en silencio e inmóvil mientras observaba por largo rato el mar donde vendrán las ballenas jorobadas a reproducirse entre junio y octubre, tomaba notas. Volvía al movimiento, ensayaba su partitura entre los árboles. S/T (Nativo/Extraño) fue la pieza performática que mostró Joelle al final de la residencia. Mientras él se movía surcando el aire, yo lo imaginaba surcando el mar como una de sus ancestras. Joelle era una ballena jorobada que surcaba las aguas cálidas del Pacífico y también las aguas profundas de sus entrañas.

Estas tres propuestas dan cuenta del entramado afectivo y los tránsitos que acontecieron durante esos días en Ayampe. Joelle, Félix y Lionel coincidían en que Ayampe los hacía sentir nativos y extraños a la vez. El paisaje del pueblo les recordaba a paisajes de sus lugares de origen/ascendencia y esa misma similitud les hacía pensar en lo lejano y lo desconocido.

Residentxs Truequé 2019. Foto: Stephano Espinoza.

Cuando una residencia tiene lugar entre montañas pobladas de verdor que emanan de los bosques húmedos tropicales cercanos al mar y la propuesta temática es volver a mirar la naturaleza, se generan intersticios poéticos, líneas de fuga, posibilidades de bocetear tentativas otras, estertores ocasionados por la intensidad de la vida misma. Se producen movilizaciones de pensamiento/sensaciones, trazos ilegibles en el paisaje, devenires múltiples e intensificados. Eso fue lo que aconteció en “Naturalezas Híbridas”: nos dimos cuenta que la inmensidad de la naturaleza es tan devastadora que se nos cuela por las fibras musculares de nuestros cuerpos expandidos, pero a la vez es tan íntima que nos convoca a desbordarnos en afectos por los otros cuerpos.


Notas

[1] Ayampe pertenece a la provincia de Manabí situada al occidente del Ecuador.

[2] General Villamil Playas, cabecera cantonal del cantón Playas, pertenece a la provincia del Guayas situada al suroeste del Ecuador.

[3] Virus de Inmunodeficiencia Humana

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